El edificio se concibe como una arquitectura abierta pero íntima que contrasta con el carácter hermético de muchos espacios hospitalarios. En una parcela que se hunde en la topografía y con unas exigencias programáticas que piden agotar el volumen disponible prácticamente en su totalidad, el principal reto de la propuesta es cómo hacer entrar luz y ventilación natural de forma compatible con la complejidad del conjunto. El edificio se escalona resolviendo de forma natural el encuentro con la topografía y se retira generando una plaza frontal donde se ubica el porche de acceso.

La nueva pieza, compacta y matérica, se abre mediante tres patios que rompen el monolitismo del conjunto, mejoran las condiciones interiores y disgregan los distintos recorridos. Se suaviza su presencia con un porche continuo que recoge a los usuarios y ata los bloques. Las fachadas de patios y testeros incorporan la celosía cerámica, tan identitaria de la zona de Castelldefels, para garantizar la privacidad.

Cada bloque programático dispone de su propio acceso. La colocación estratégica de tan sólo 2 núcleos optimiza las superficies y permite que los programas puedan sectorizarse fácilmente en caso de funcionar en distintos horarios. Los diferentes sectores sanitarios se organizan de forma clara por plantas para facilitar la comprensión de los usuarios y reducir los recorridos internos, tanto públicos como restringidos. Se reserva el espacio de transporte sanitario en la avenida.

La propuesta prioriza la rapidez de la construcción y la alta durabilidad. Se plantea una estructura de acero reciclado perimetral, rigidizada con los núcleos rígidos de hormigón armado. La luz de 9m de las barras construidas se salva con placas alveolares de hormigón de dimensión estándar, optimizando la estructura, liberando la planta de pilares interiores y evitando que descuelguen jácenas que perjudican el paso de instalaciones. El bajo rasante y las contenciones se proponen de hormigón armado con árido reciclado.

Las consultas y zonas de espera disponen de iluminación y ventilación cruzada naturales. La incorporación de estrategias pasivas y la utilización de elementos prefabricados permite reducir la huella ecológica asociada. Los balcones y la celosía garantizan la protección solar por geometría. La cubierta verde, la captación fotovoltaica y la recuperación de las aguas pluviales para la limpieza contribuyen a reducir la demanda energética y el impacto ambiental de la propuesta.